"Dejaba escapar flatulencias o se metía los dedos a la nariz de manera desconsiderada y profería groserías a voz en cuello de manera gratuita. No se bañaba por días, no usaba desodorante, no se peinaba ni se lavaba los dientes, no usaba calcetines ni zapatos".
Aparte del abandono con que Spears se daba a sus funciones corporales, Flores asegura que la diva lo estaba volviendo loco con sus costumbres insoportables, como el maltrato del personal, sus exigencias de que la llamaran Jennifer o "Abeja Reina" y, sobre todo, el constante cigarrillo que - según su ex guardaespaldas- la hacía oler permanentemente a tabaco añejo.
Corto tiempo
Fernando Flores dice no haber trabajado mucho tiempo para Spears y, sin embargo, tal parece que hubiera sido suficiente como para ser traumatizado por la experiencia.
El denunciante ha dicho que cree que la cantante "estaba constantemente bajo la influencia de todo tipo de drogas, tales como Ritalín; Narcón y metaanfetaminas".
El guardaespaldas está buscando compensación por una presunta depresión y ansiedad que, en su opinión, fue causada por la forma indecente en que Spears se hacía notar.
La cantidad estimada por Flores para recuperar su salud es diez millones de dólares.
Según la periodista de la BBC, Marcia Facundo, la querella podría perjudicar a Spears, quien sufrió las limitaciones de una orden judicial que colocó sus asuntos personales y financieros bajo el control de su padre y ante la vigilancia de un juez.
El representante de Britney Spears desechó las acusaciones de Flores como "otra situación desafortunada en la que alguien está tratando de sacar partido de la familia Spears y de hacerse de un nombre para sí mismo".
La propia Britney Spears reaccionó diciendo: "miente".
FUENTE: El Nacional
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