A menos de 50 kilómetros y sólo unas horas más tarde, uno de los primeros compradores de la consola fue apaleado a la salida de la tienda. Los atracadores no buscaban dinero, sino hacerse con la nueva máquina de Sony, de la que sólo han llegado a las tiendas estadounidenses 400.000 unidades. La demanda era tan alta, y la oferta tan escasa, que las largas colas frente a los comercios se convirtieron el pasado fin de semana en un problema para las fuerzas de seguridad de varias ciudades.
Thomas M. Menino, alcalde de Boston, ha sido el primero en levantar la voz y acusar a la compañía japonesa del desastre. La policía tuvo que desplazar 12 coches patrulla hasta un centro comercial cercano para contener las protestas de más de 500 compradores que esperaban en una cola absolutamente desorganizada para hacerse con unas pocas decenas de unidades. Escaparates destrozados y estampidas de clientes al abrirse las puertas de los centros comerciales han sido la norma en la mayoría de los estados. Una tienda en California se vio obligada a cerrar tras resultar herido un hombre en una de las avalanchas humanas.
FUENTE: www.elmundo.es
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