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Ha muerto Freddie Francis

jueves, 29 de marzo de 2007 en 3/29/2007 01:15:00 p. m.
El pasado día 17 de marzo falleció a los 89 años de edad y debido a las consecuencias de un ataque al corazón, el distinguido artesano y creador cinematográfico inglés Freddie Francis. Con él no sólo ha muerto un artista, sino probablemente (y sé que abuso mucho de decir estas cosas) una época, la más gloriosa vivida por el cine de terror británico y por extensión una de las más ricas de la historia del género. Francis llevaba retirado desde 1999, año en que David Lynch aún le reclamó como director de foto para "Una historia verdadera" (A Straight Story) a pesar de que éste contaba ya con edad más que suficiente para una merecida jubilación; a pesar de estos años sin su trabajo, su obra larga y brillante ha hecho que muchos de nosotros no le hayamos olvidado en ningún momento, y aún ahora, tras su muerte, el llevaremos con nosotros, en nuestras colecciones de películas, en nuestra memoria y en nuestro corazón, para siempre.

Nacido un 22 de diciembre de 1917 en Londres, el caso de Francis es paradigmático de tantos directores de cine que provienen del campo de la dirección de fotografía (mismo caso que Mario Bava, por ejemplo). Se inició en el cine desde abajo del todo: chico de la claqueta, ayudante del cámara, encargado de foco... hasta que tras el paréntesis de la Segunda Guerra Mundial, en la que luchó, es reconocido como operador de cámara primero, y con el paso de los años director de fotografía.

Siempre se ha dicho que éste es el campo en el que Francis destacó por encima de los demás, aún cuando en su filmografía como director encontremos también notables obras, pero jamás a la altura del esplendor de sus direcciones de fotografía. Ganador de dos Oscars de Hollywood a la Mejor Fotografía (por "Sons and Lovers" bajo la dirección de Jack Cardiff en 1960, y por "Gloria" con Edward Zwick en 1989) y de innumerables otros premios, es el responsable de la fotografía, en casi todos los casos con resultados buenísimos, de films de Jack Clayton como "Un lugar en la cumbre" (Room at the Top, 1959) o "Suspense" (The Innocents, 1960), de David Lynch como "El hombre elefante" (The Elephant Man, 1980), "Dune" (1984) o la citada "Una historia verdadera", de "El cabo del miedo" (Cape Fear, 1991, de Michael Scorsese), de "La mujer del teniente francés" (The French Lieutenant's Woman, 1981, de Karel Reisz) y un largo etcétera.

Respecto a su trabajo como director, la ocasión le surgió a partir de 1960 y su primer Oscar, cuando comienzan a ofrecerle si le interesan también esta otra clase de trabajos, dar el paso: está a punto de encargarse de "La semilla del espacio" (The Day of the Triffids, 1962, que termina en manos de Steve Sekely), y a partir de 1962, con El cerebro (The Brain) se especializa fuertemente en cine de terror.

Dirigió para la Hammer clásicos menores como El alucinante mundo de los Ashby (Paranoiac, 1963), El abismo del miedo (Nightmare, 1964), Hysteria (1965), The Evil of Frankenstein (1965) o Dracula vuelve de la tumba (Dracula Has Risen from the Grave, 1968), tercer episodio de la serie de Drácula con Christopher Lee iniciada por Terence Fisher.

Pero él más que de la Hammer, fue un hombre de la directa competencia, un director de la productora Amicus, filmando para ella clásicos de las antologías de cuentos o films de episodios como Dr. Terror (Dr. Terror's House of Horrors, 1965), Las orgías de la locura (Tales That Witness Madness, 1973), The Torture Garden (1967) o Condenados de ultratumba (Tales from the Crypt, 1972), o más allá de este tipo de películas en largometrajes como La maldición de la calavera (The Skull, 1965), El psicópata (The Psychopath, 1966), Picadura mortal (The Deadly Bees, 1967), They Came from Beyond Space (1969).

El resto de su carrera, abunda en pruebas de su filiación significativa al cine fantástico y sobre todo al terror: Trog (1970), The Vampire Happening (1971, de la que existe una edición en VHS en España bajo el ridículo título "Chúpame la sangre, tío"), El esqueleto prehistorico (The Creeping Flesh, 1973, ésta era una producción Tigon), La leyenda del hombre lobo (Legend of the Werewolf, 1975, ésta era Tyburn), The Ghoul (1975) o El doctor y los diablos (The Doctor and the Devils, 1985).

Sin lugar a dudas, uno de los nuestros y uno de los grandes, sólo perjudicado por comparaciones con genios como Terence Fisher.

Descanse en paz.

FUENTE: RevistaFantastique
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