Santiago M. J. tiene 21 años y está en la cárcel de Zuera desde marzo de 2006 cumpliendo una condena de once años que le fue impuesta por robar cuatro teléfonos móviles, una tarjeta de autobús y 13 euros. Una pena asimilable a un homicidio o una tentativa de asesinato.
Los cuatro delitos los cometió en dos horas y media, la noche del 18 de marzo del año pasado. Nunca antes había hecho nada parecido, ni tenía antecedentes penales y admitió que cometió una estupidez. Sin embargo, este error y una justicia excesivamente punitiva, como puso ayer de manifiesto el abogado Pedro Santisteve, ha truncado las posibilidades de reinserción de este joven, cuya vida no ha sido nada fácil.
Santiago es el pequeño de siete hermanos, dos de los cuales han fallecido. Su padre también murió recientemente con 58 años y tiene una novia de 17 que está embarazada. Nació en la calle de San Pablo, donde se ha criado, y tanto los servicios sociales del Ayuntamiento como la fundación Federico Ozanam, a través del proyecto educativo "Cadeneta" que lleva a cabo en el barrio del Gancho, han hecho su seguimiento desde que tenía 5 años, por el riesgo de exclusión familiar que tenía. José Manuel Latorre, coordinador del proyecto, dijo ayer que "Lolo es un chico con muchas potencialidades y capacidades, entusiasta y divertido y con ganas de aprender". Añadió que siempre ha respondido bien a todos los programas y que cuando ocurrieron los hechos, hacía cursos de formación de albañilería, pintura y otros oficios para favorecer su inserción laboral.
A su juicio, la sociedad le tendió la mano y ahora se la ha retirado, ha "cortado de raíz" todas sus posibilidades de integración, ya que con esta condena "se olvida que tenga esas posibilidades".
El abogado Pedro Santisteve, en nombre de la familia y acompañado por la Asociación de Seguimiento y Apoyo a Presos de Aragón (ASAPA) y el proyecto "Cadeneta", explicó ayer que han solicitado al Ministerio de Justicia el indulto parcial del joven. "Pedimos una medida de gracia para que la pena no sea totalmente desproporcionada. No queremos impunidad, pero sí una pena justa (un año por cada delito)".
Santisteve resaltó que, salvo la atenuante de reparación del daño, no se tuvo en cuenta ninguna circunstancia personal del joven. Recordó que el juicio no se pudo alegar consumo de estupefacientes por haber sufrido al ser detenido un ataque epiléptico y un ingreso hospitalario, que invalidaba cualquier análisis.
"Si la Ley del Menor se hubiera aplicado en el tramo de 18 a 21 años, como aprobaron, se podría haber reparado el daño y habría pedido disculpas a las víctimas. Si a los jóvenes se les encierra en vez de aplicarse medidas alternativas, la inseguridad está garantizada".
El portavoz de ASAPA, Pablo Jiménez, insistió en que la cárcel no soluciona conflictos "aunque como Santiago está el 80% de los presos, por delitos contra la propiedad y menudeo de drogas".
"Pensamos que el indulto tiene que ser más que un alarde de compasión institucional; también debe ser una herramienta de política criminal que evite costes inútiles, tanto para las personas que directamente sufren el castigo como para la sociedad", dijo.
"Los 11 años de encierro con los que nuestra justicia penal ha respondido a este suceso no van a resolver ningún conflicto, ni a hacer justicia, ni a reparar a nadie. Empeñarse en aislar, en poner rejas de por medio y profundizar en la exclusión a través de inflar las penas no es manera de resolver los conflictos sociales", subrayó.
FUENTE: Heraldo
Piden el indulto para un joven condenado a 11 años por robar cuatro móviles y 13 euros
viernes, 29 de junio de 2007
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6/29/2007 11:10:00 a. m.
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