
Romero (Nueva York, 1940) canceló su viaje a última hora por complicaciones del rodaje en Canadá de Island of the living dead, una película sobre una plaga de zombis, unas criaturas de ultratumba que tienen la peculiaridad de atacar debajo del agua. Pero no faltaron presencias destacadas en la desenfadada comitiva de muertos vivientes que tenía que encabezar el autor de ese mito del terror en blanco y negro.
El primero en provocar el delirio al salir del Palau de Miramar fue Bill Hinzman, asistente de cámara en la cinta original y director de fotografía en la edición revisada, aunque es popular por ser el primer zombi que aparece en el cementerio de Evans City en La noche de los muertos vivientes. No podía fallar, caminó por Sitges muy bien maquillado. Con aspecto de desposeído, los dientes negros y la cara calavérica, no paraba de gritar: "Es maravilloso". A su lado, reía Judy O'Dea, la actriz que debutó con Romero. Él incluso hizo una confesión: "Me inspiré en Boris Karloff", el actor de Frankenstein. De ahí surge el primer muerto viviente caníbal, carente por completo de memoria y sentimientos.
DESDE EL CEMENTERIO, NO
La comitiva quería partir del cementerio de Sitges, pero por respeto a los familiares el ayuntamiento no lo autorizó. Por las calles transitaba de incógnito el acreditado guionista Charlie Kaufman. No paraba de hacer fotos con el móvil. "No cada día se ve a un hombre andando con la cabeza cortada", bromeaba.
Juanma Pastor, director de Brigadoon, la sección más canalla del festival, se encargó de organizar el evento. "No nos hacemos responsables de las mutaciones del departamento de prensa y promoción durante estos días", decía. Las recomendaciones que facilitó el certamen no tienen desperdicio. Primera: "Ten en cuenta los buenos modales de un zombi: gruñidos, gemidos, quejidos, incluso aullidos (si eres un hombre lobo muerto viviente) son imprescindibles". Segunda: "No olvides impregnar tu cuerpo con sangre: en tu boca, tu cuerpo y mejor si es ajena". Un grupo de maquilladores, de los llamados sobrenaturales, gastaron litros de sirope de chocolate, pintura facial blanca, sombra de ojos negras y lilas. Una productora de Suiza y otra mallorquina, incluso, aprovecharon para filmar escenas de películas de serie B. ¡Ni locos consiguen unos extras tan entregados!
FUENTE: ElPeriodico








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