En declaraciones al británico «News of the World», Gallen definió a su ex marido como un adicto al sexo: «Podíamos hacer el amor diez veces en un sólo día. Lo hacíamos durante 45 minutos y él podía estar dale que te pego hasta conseguir que yo tuviese un orgasmo tras otro». Y tampoco era manco a la hora de consumir espirituosos: podía llegar a ingerir un litro de vodka y 12 latas de cerveza, recuerda la ex esposa. Unas cantidades que, teniendo en cuenta el escaso volumen corporal del actor, «casi le llevan a la tumba», en palabras de Gallen.
Las declaraciones vienen a cuento de la entrada de Troyer en «Celebrity Big Brother», algo así como el «Gran Hermano vip» de la televisión británica. Lo acompañarán en el periplo otros dos ilustres representantes de la cultura basura de EE UU: el rapero Coolio y la hermanísima La Toya Jackson.
Gallen lanzó una advertencia a las compañeras femeninas de Troyer en el programa, previniéndolas de sus habilidades seductoras y de su naturaleza viciosa: «Verne es la persona más dulce y cariñosa del mundo cuando está sobrio. Pero si empieza a beber sale a la luz una faceta completamente opuesta: un ser temperamental e irritable».
Nacido en 1969 en las frías tierras de Michigan, Troyer pronto vio que su escasa estatura podía tener una salida comercial. Así, a los 24 años se enroló como especialista de Hollywood para papeles de personajes pequeños. Su primer trabajo fue como doble del bebé protagonista de «El peque se va de marcha». A partir de ese momento, le llovieron las ofertas: «Men in black», «Miedo y asco en Las Vegas», «Mi gran amigo Joe»... Sin embargo, su consagración como icono pop vino en 1999, con su papel del malvado Mini-Yo, el clon enano de Mike Myers en «Austin Powers 2. La espía que me achuchó». Tres años después repitió en la tercera entrega de la saga. Para entonces, su presencia era cotizada en películas y fiestas de Hollywood, informó «El Mundo».
Fue precisamente en una fiesta de la mansión Playboy, concretamente, la de Nochevieja de 2001, donde Troyer conoció a la que sería su futura mujer. Poco después él la llevó a su hogar: una caseta en el jardín de su manager, «en la que todos los interruptores de la luz estaban a la altura de mi rodilla», recordó Gallen.
En enero de 2004 se casaron, pero un mes después él solicitó la anulación, con la sospecha de que ella quería hacerse con su fortuna.
FUENTE: LNE
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