Los organizadores de los Oscar 2009 han advertido a los candidatos a los máximos premios cinematográficos del mundo que se mantengan alerta durante la ceremonia de más de tres horas que se celebra a finales de mes y que romperá con la tradición.
Los productores "van a asumir algunos riesgos, muchos riesgos, algunos temerarios", dijo Sid Ganis, presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, en el almuerzo anual ofrecido por la academia a los candidatos a los Oscar.
Los productores, novatos en los Oscar, Laurence Mark y Bill Condon están organizando su primera emisión de los Premios de la Academia, que se celebrará el 22 de febrero desde el Kodak Theater en Hollywood. Pero Mark y Condon nunca han producido la gala con anterioridad. Son más conocidos por hacer musicales como la película de 2006 Dreamgirls.
En lugar de contratar a un cómico para presentar los Oscar, como ha sido típico de los premios en el pasado, han contado con el actor australiano Hugh Jackman, y han eliminado el famoso monólogo inicial con la esperanza de dar más espontaneidad a la ceremonia.
En diciembre, cuando Jackman fue anunciado como presentador, Mark dijo que él y Condon quieren que la emisión "sea más como una fiesta y una celebración", pero no quiso desvelar ningún detalle.
El lunes, Ganis no fue menos recatado en el almuerzo para más de 100 candidatos, incluyendo estrellas como Sean Penn y Penélope Cruz que están nominados en las categorías de mejor actor y actriz de reparto por "Mi nombre es Harvey Milk" y "Vicky Cristina Barcelona", respectivamente.
Sorpresas para captar audiencia
Ganis no les quiso decir qué decir o hacer si eran uno de los afortunados ganadores. Aconsejó que los discursos de aceptación fueran "breves, personales y, por su puesto, sentidos". Y añadió esta advertencia final cuando explicó que Condon y Mark tenían unos pocos trucos en la manga: "manteneos alerta".
Los organizadores de los Oscar podrían asumir algunos riesgos para romper con la caída de la audiencia. La emisión de 2008, presentada por el cómico Jon Stewart, registró un mínimo récord de 32 millones de espectadores estadounidenses, frente a los 39,9 millones de 2007.
Aún así, la gala sigue siendo anualmente el segundo programa más visto en la televisión estadounidense.
FUENTE: Público
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