El choque tenía todos los ingredientes para tocar su punto máximo de 'share' en esos instantes: eliminatoria a partido único entre dos rivales históricos, partido disputadísimo que continúa empate a cero, el encuentro en la prórroga, el Liverpool con uno menos, cuatro minutos para llegar a los penaltis...
Probablemente sería uno de los minutos más cotizados de la televisión inglesa en toda la semana, pero pocos anunciantes querría pagar para que la inmensa mayoría de aficionados maldijeran su producto. Y así ocurrió.
En el momento decisivo del encuentro, cuando el Everton iniciaba la jugada que a la postre se traduciría en el único gol del partido, la retransmisión se paró. Un anuncio dejó a cuadros a toda Inglaterra, pero lo mejor (como siempre) estaba por llegar a la vuelta de publicidad...
FUENTE: Marca
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