Margaret Hanbury ha sido la encargada de anunciar "con una gran tristeza" que J.G. Ballard, que estaba enfermo "desde hace varios años", había muerto por la mañana.
Ballard, que afirmaba que sus libros no eran ciencia ficción, sino "un retrato de la psicología del futuro", obtuvo fama mundial con 'El Imperio del Sol' (1984), novela basada en los años que pasó en un campo de concentración japonés en China cuando era un niño.
La vida de este autor, que escribió 15 novelas y numerosos relatos cortos, fue dura, y así se refleja en alguno de sus libros.
Nace en Shangai (China) en 1930, y durante la Segunda Guerra Mundial, cuando sólo contaba 12 años, fue encerrado junto con su familia en un campo de concentración japonés.
Sobre esta experiencia infantil, afirmó en una ocasión: "no diría que fui feliz, pero no tengo recuerdos desagradables del campo. Recuerdo mucha de la brutalidad arbitraria y de las palizas continuas, pero al mismo tiempo los niños podíamos jugar todo lo que quisiéramos y a todas horas".
Años más tarde se trasladó con los suyos a Gran Bretaña, pero no fue hasta principios de los 60 cuando se dio cuenta de que estaba enamorado del mundo de las letras y se convirtió en escritor.
Durante decenios, Ballard se sintió y mantuvo al margen de la vida literaria británica, como explicaba en una entrevista concedida a EL MUNDO a mediados de los 90: "Nunca voy a eventos literarios. Nunca me he sentido parte de la corriente principal de la novela, y no he tenido gran cosa en común con los escritores ingleses. En particular, me interesaban más los escritores continentales. los surrealistas. Y hace treinta años, cuando empecé, en mi país los surrealistas no eran 'respetables'. La literatura inglesa estaba dominada por el realismo que no me satisfacía".
A la fama cosechada por la obra adaptada por Spielberg, se sumó la generada por la versión cinematográfica de 'Crash', (novela que el escribió en 1973), una descripción explícita sobre la relación entre el deseo sexual y los coches que provocó una fuerte controversia por parte de quienes consideraban que superaba los límites aceptables de la obscenidad.
Sus últimos trabajos 'Super-Cannes' (2000), 'Millennium People' (2003) y 'Bienvenidos a Metro-Center' (2006) atrajeron a numerosos lectores, pero también polémica en los círculos literarios.
En cuanto a los cuentos e historias cortas, su prolífica trayectoria se remonta a finales de la década de los 50 y es en la década posterior cuando se convierte en uno de los autores de referencia de la llamada 'Nueva Ola de la ciencia ficción inglesa'.
Su literatura desarrolla la problemática del siglo XX, ya sean las catástrofes medioambientales o el efecto en el hombre de la evolución tecnológica, como en su primera novela, 'El mundo sumergido' (1962), en la que imagina un tema tan de actualidad como las consecuencias del calentamiento global del planeta.
FUENTE: ElMundo
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