Aquel año Nokia lanzó al mercado el Nokia 3210, mi segundo teléfono y que si no fuese por un perro que lo usó para hacer sus necesidades y tirarlo a una piscina, lo seguiría teniendo.
Esta maravilla de la tecnología tenía capacidad para 40 politos… ¡En aquella época los politonos era lo más novedoso del mercado! Una agenda con capacidad de 250 personas, una pantalla de un solo color y un peso de 151 gramos.
Tenía tres juegos, pero nadie usaba más que Snake, el mejor juego creado en la historia, si contásemos las horas de clase que en vez de estudiar o atender nos las pasabamos jugando al Snake, nos sorprenderíamos, además, no veas como corría la serpiente.
Con el sobrenombre de “el teléfono que rebota” por su dureza, es un claro ejemplo de que antes los móviles se hacían para durar, el mio sirvió más de una vez como cascanueces o incluso para clavar un clavo (juro que esto es cierto).
Nada de reproductores de música, 3G, conexión a internet, no no no… Lo que en 1999 y en “los 2000″ se llevaba era el WAP, por el que te cobraban una barbaridad, pero valía la pena por saber… bueno, no valía la pena. La personalización solo se trataba de poner una imagen a base de puntitos…
Amigos, que tiempos aquellos, cuando sabías que las llamadas eran caras porque demonios, el teléfono no tenía cables, y eso que es relativamente reciente este móvil.
FUENTE: GizMóvil
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