El problema se desató cuando Manulife, la aseguradora, revisó su perfil de Facebook y se encontró con fotos de ella en la playa de vacaciones, en bares, y disfrutando de su fiesta de cumpleaños. Basándose en esta evidencia, la compañía decidió retirarle los beneficios, alegando que esas imágenes son muestras de que ella ya no está deprimida y debería volver al trabajo. Blanchard, por su parte, alegó que las fotografías son de momentos felices en medio de muchos otros difíciles, y está luchando por recuperar lo que dice que le corresponde.
Personal y profesionalmente, me parece que Manulife no puede tomar esta decisión sin una previa consulta con un psiquiatra, corroborar el estado del tratamiento, o pedir un segundo diagnóstico para la mujer en cuestión. Las fotos pueden muy bien haber sido producto de momentos de remisión, producto de un tratamiento exitoso, aunque también podrían ser prueba de una “estafa”. En todo caso, no es algo que se pueda decidir por mirar unas fotos en Facebook, sino que debe ser avalado por una opinión profesional.
FUENTE: Bitelia
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