Michael Jackson (1958-25 de junio de 2009)
Su éxito musical (750 millones de discos vendidos) sólo fue comparable al variado catálogo de excentricidades y escándalos que protagonizó en su vida: borró el color de su piel, colgó a uno de sus hijos desde un balcón, convirtió su mansión en un parque de atracciones y quedó absuelto de un delito de abuso de menores, entre otras muchas cosas. Michael Jackson murió en su palacete de estilo francés de Bel-Air de siete dormitorios y 13 cuartos de baño mientras preparaba su vuelta a los escenarios.
Jordi Solé Tura (1930- 4 de diciembre de 2009)
Militante comunista, uno de los siete padres de la Constitución de 1978, Jordi Solé Tura murió dos días antes de que la ley fundamental española cumpliera 31 años. Solé Tura había afirmado en sus memorias que la elaboración del texto constitucional fue "el honor más grande" de su vida. Antes había sufrido el exilio y la cárcel en el franquismo, después fue ministro de Cultura con Felipe González. Desde que se le diagnosticó alzhéimer en 2004, se había apartado de la vida pública.
Sabino Fernández Campo (1918-25 de octubre de 2009)
Consejero de don Juan Carlos, el general Sabino Fernández Campo fue primero secretario general y después jefe de la Casa del Rey en los momentos más difíciles para el monarca. Tuvo un papel decisivo en la Transición, sobre todo en la intentona golpista del 23 de febrero de 1981. Tras su destitución, se mantuvo leal y discreto, como siempre, una lealtad que, dijo, consistía en decir la verdad al superior aunque le moleste, siempre por el bien de la institución.
Vicente Ferrer (1920-19 de junio de 2009)
"Primero está Jesús, luego el padre Ferrer y después mis padres", afirmó Saimatha, una de las miles de niñas apadrinadas por la Fundación Vicente Ferrer, tras la muerte del cooperante español. Es la gratitud de un pueblo, el indio, beneficiario en el último medio siglo de su impagable labor humanitaria. Más de 2,5 millones de personas del país asiático tienen una existencia menos tortuosa gracias a todos los hospitales, escuelas, casas, pozos, caminos... construidos por este hombre que entregó su vida a los pobres.
Raúl Alfonsín (1927-31 de marzo de 2009)
"Cuando la política no es diálogo, termina en violencia". La frase del ex presidente argentino Raúl Alfonsín (1983-89) resume con exactitud la obra de este político que tuvo la valentía de sentar en el banquillo a los 15 jefes militares de la dictadura (30.000 asesinatos y desapariciones) que estranguló al país los ocho años previos a su llegada al poder. Frente a esta defensa de la democracia, su fracaso a la hora de reflotar una economía en crisis puso la cruz a su mandato.
Corazón Aquino (1933-1 de agosto de 2009)
Corazón Aquino, Cory, puso fin a 17 años de dictadura de la familia Marcos en Filipinas al encabezar en 1986 la Revolución del Pueblo. Tres años antes, seguidores del gobierno habían asesinado a su marido cuando regresaba al país tras varios años de exilio. Hija de una influyente familia, en sus seis años de presidenta impulsó la democracia en Filipinas, aunque no sin muchos problemas debido a una economía en bancarrota y a una sucesión de golpes de Estado. Llegó a ser candidata al Nobel de la Paz.
Claude Lévi-Strauss (1908-3 de noviembre de 2009)
El sabio Claude Lévi-Strauss, padre de la antropología moderna y filósofo, iluminó la Francia del siglo XX. Nacido en Bruselas, en una familia de intelectuales judíos, pergeñó en la II Guerra Mundial el método estructuralista en la Lingüística. Huyó a EE UU y pasó grandes periodos entre tribus amazónicas, donde sacó experiencias para sus escritos. Su obra más famosa es Tristes trópicos, a caballo entre la ciencia y el libro de viajes.
Mario Benedetti (1920-17 de mayo de 2009)
"Su poesía ha sido un acto de reflexión con el que nos hizo reflexionar a todos". Joan Manuel Serrat compartió con Mario Benedetti ("un hombre bueno, trabajador y un poquito cascarrabias", según él) muchas horas de trabajo para adaptar los versos del poeta a su música. El literato uruguayo inyectó en toda su obra una visión de izquierdas, algo que pagó con el exilio en varias fases de su vida.
Francisco Ayala (1906-3 de noviembre de 2009)
Francisco Ayala decía que había escrito tanto porque había vivido mucho. Memoria española del siglo XX, coetáneo de la generación del 27, ensayista y crítico, sufrió la Guerra Civil, se exilió a Argentina y tuvo un reconocimiento tardío, con el Premio Nacional de Narrativa, el Cervantes y el Príncipe de Asturias. La cabeza del cordero (1949), Muertes de perro (1958) y El jardín de las delicias (1977), como narrador, y las memorias Recuerdos y olvidos le conceden un sitio de primera en la literatura española.
FUENTE: ElPais
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