El cuadro, que se titula El actor, pertenece al periodo Rosa del artista malagueño. Representa a un acróbata ambulante que posa sobre un fondo abstracto. Fue pintado entre 1904 y 1905.
La obra, que mide 1,8 metros de alto por 1,2 de ancho, (unas dimensiones "inusualmente grandes", según el museo) sufre un desgarro de unos 15 centímetros en la esquina inferior derecha.
Fuentes del Metropolitan señalaron el sábado que los daños no afectan "al punto focal de la composición" y que la obra estará reparada en las próximas semanas, lista para una exposición a finales de abril que mostrará unas 250 obras.
FUENTE: ElPais
Cuando dentro de tu casa
caes al suelo al tropezar,
tú como mucho te cargas
algún vaso de cristal,
un jarrón de porcelana,
una lámpara quizá
o si acaso una ventana;
pero si vas y te caes
andando por un museo
es posible que te cargues
algún cuadro de los buenos.
Como el cuadro de Picasso,
el que llaman “El Actor”,
al que le han dado un codazo
al caer de un tropezón,
provocándole una brecha
en una esquina inferior,
la esquina inferior derecha,
provocando conmmoción.
La señora “tropezante”
ha jugado bien sus cartas
pues aun siendo una estudiante
ha logrado de la nada
el que su nombre ya pase
a estudiarse en el futuro;
porque la Historia del Arte
contará con fiel detalle
como el daño se produjo
en el cuadro de Picasso
y cómo quedó en un susto
(pudo haberlo atravesado).
Pero lo mejor de todo
es sin duda imaginar
de qué manera y que modo
todo se pudo gestar:
“Mira, Paqui. Paqui, mira.
¿No son monos los tacones?”
“No te pongas eso, niña,
que pareces Lola Flores.
Que hoy nos vamos de museo
y no de juerga flamenca”
“Que sí, que son de los buenos,
y se me ve más esbelta”
-Y más tarde en el museo-
“Oye, Paqui, yo estoy muerta,
me van a explotar los dedos”
“Pues vámonos a la puerta
y allí los pones al fresco…
¡¡Ten cuidado que tropiezas!!”
- Se engancha el tacón al suelo-
“¡Que me caigo, que me mato!
¡que me voy a dar de cuernos!”
“¡¡¡Cuidado con el Picasso!!!
- Y llegando casi al suelo
se gira y pega un codazo
justo en la esquina del lienzo
provocándole un desgarro
que resonó en el museo…
“Dadme hilo y lo remato
y lo dejo como nuevo”
“Señora, ¡que es un Picasso
y no el calzón del abuelo!”