Completan el listado dos cintas británicas y una sueca. La película de animación de Pixar recaudó 24 millones de euros y la última del ránking, Valkiria, seis millones de euros.
Competir con Hollywood no resulta fácil para grupos españoles del sector audiovisual que, como Filmax Entertainment, han decidido volcarse en la producción propia ante la crisis de algunos de sus negocios históricos, en especial la distribución de DVD.
La producción de largometrajes es una actividad muy intensiva en capital, con una generación de ingresos lenta y una rentabilidad siempre incierta, supeditada a los gustos del espectador.
A Filmax, que acaba de acogerse a la legislación concursal para buscar un acuerdo con la banca acreedora que evite la antigua suspensión de pagos (como publicó ayer EXPANSIÓN), la apuesta por la producción de largometrajes le ha dado algunas alegrías, pero no siempre ha sido así.
La compañía controlada en un 57% por los hermanos Julio y Carlos Fernández ha encontrado un filón en Rec, la película de terror que lanzó en 2007 con un presupuesto modesto y un éxito en las taquillas. La segunda entrega, Rec 2, fue el pasado año el tercer film español con más recaudación (4,8 millones de euros). Ahora, Filmax prepara ya el tercer capítulo de la saga, mientras produce otros títulos como Exorcismus, Flatmate o Cracks.

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Deuda, piratería y cambios legales
Las inversiones del grupo en producción propia (que se sitúan en una media de 23 millones de euros al año) han exigido una elevada deuda bancaria, que se ha convertido en una losa para Filmax.
“El negocio va más lento que el vencimiento de la deuda”, señalan fuentes cercanas a la empresa. En abril del pasado año, alcanzó con 41 bancos un pacto para refinanciar una deuda superior a 100 millones de euros, pero menos de un año después, el acuerdo se ha revelado insuficiente, sobre todo, según Filmax, por el impacto de la piratería en el negocio de distribución de DVD en España (que en cuatro años ha pasado 30 millones a cinco millones) y el descenso en la compra de películas por parte de las cadenas de TV.
En el grupo también se quejan de la incertidumbre generada por los cambios legislativos, tanto en España como en Cataluña, y admiten que las negociaciones para refinanciar deuda y las restricciones crediticias han restado tiempo y dinero para nuevas producciones.
“Hemos perdido un año de negocio”, señalan en Filmax, que está participada en un 43% por fondos de capital riesgo (algunos públicos y semipúblicos) y entidades financieras: Caixa Laietana, Institut Català de Finances, Sepides, Gescaixa Galicia, Sodiga, Tirant y Spinnaker Invest. Estas circunstancias han castigado las cuentas del grupo, que acumula unas pérdidas de 63,8 millones en los tres últimos ejercicios, aunque el resultado bruto de explotación (ebitda) se ha mantenido en valores positivos. La facturación rozó los 67 millones el pasado año, tras experimentar un descenso del 36% desde 2007.
Ahora, Filmax tiene tres meses para sellar un nuevo acuerdo con la banca, con la tranquilidad de que la ley impedirá que alguno de sus acreedores inste el concurso necesario. Si no hay pacto, tendrá un mes para presentar concurso voluntario. El grupo, que está convencido de la necesidad de “ser más pequeño y más flexible”, destaca la solidez de sus activos (2.000 películas), pero reclama como salvavidas un contrato de compra de derechos a largo plazo con una TV pública.
Las inversiones del grupo en producción propia (que se sitúan en una media de 23 millones de euros al año) han exigido una elevada deuda bancaria, que se ha convertido en una losa para Filmax.
“El negocio va más lento que el vencimiento de la deuda”, señalan fuentes cercanas a la empresa. En abril del pasado año, alcanzó con 41 bancos un pacto para refinanciar una deuda superior a 100 millones de euros, pero menos de un año después, el acuerdo se ha revelado insuficiente, sobre todo, según Filmax, por el impacto de la piratería en el negocio de distribución de DVD en España (que en cuatro años ha pasado 30 millones a cinco millones) y el descenso en la compra de películas por parte de las cadenas de TV.
En el grupo también se quejan de la incertidumbre generada por los cambios legislativos, tanto en España como en Cataluña, y admiten que las negociaciones para refinanciar deuda y las restricciones crediticias han restado tiempo y dinero para nuevas producciones.
“Hemos perdido un año de negocio”, señalan en Filmax, que está participada en un 43% por fondos de capital riesgo (algunos públicos y semipúblicos) y entidades financieras: Caixa Laietana, Institut Català de Finances, Sepides, Gescaixa Galicia, Sodiga, Tirant y Spinnaker Invest. Estas circunstancias han castigado las cuentas del grupo, que acumula unas pérdidas de 63,8 millones en los tres últimos ejercicios, aunque el resultado bruto de explotación (ebitda) se ha mantenido en valores positivos. La facturación rozó los 67 millones el pasado año, tras experimentar un descenso del 36% desde 2007.
Ahora, Filmax tiene tres meses para sellar un nuevo acuerdo con la banca, con la tranquilidad de que la ley impedirá que alguno de sus acreedores inste el concurso necesario. Si no hay pacto, tendrá un mes para presentar concurso voluntario. El grupo, que está convencido de la necesidad de “ser más pequeño y más flexible”, destaca la solidez de sus activos (2.000 películas), pero reclama como salvavidas un contrato de compra de derechos a largo plazo con una TV pública.
FUENTE: Expansión








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