Con medio centenar películas en su haber, Hopper era un clásico en Hollywood. Alumno del afamado Actors Studio, su primera incursión en la gran pantalla fue en 1955 en Rebelde sin causa, que le permitió codearse con estrellas de entonces como James Dean. Un año más tarde George Stevens le dio otra oportunidad en Gigante, junto a Rock Hudson y Elizabeth Taylor, y en 1957 también apareció en los créditos de otro clásico, Duelo de titanes, al lado de Burt Lancaster y Kirk Douglas.
Pero su gran momento, y por el que sería recordado siempre, le llegó 10 años más tarde con Easy Rider, en la que no solo debutó como director sino que se puso en la piel de Billy, uno de los protagonistas al lado de Peter Fonda y Jack Nicholson, y además fue uno de los guionistas. Con música, entre otros, de Bob Dylan y Jimmi Hendrix, el resultado fue una de las mejores cintas del género de road movies y todo un icono del movimiento de la contracultura de finales de los 60 en EEUU.
FUENTE: ElPeriodicoDeCataluña
Gran actor, habrá q volver a ver easy rider