Estamos ante una comedia drámatica que cumple con los objetivos, el de entretener, pero no le pidas mucho más porque te puedes llevar una decepción. Tiene sus puntos graciosos pero previsible a más no poder. Y es una pena porque podían haber conseguido mucho más aunque no es mal film.

La historia parece más sacada de los años setenta que de hoy en día y el ritmo del largometraje no es lento, aunque haya una trama principal y varias subtramas. Como he dicho antes, todo muy previsible y final nada sorprendente pero consiguela misión de entretener más por los momentos graciosos que por la historia en sí.

Lo mejor de la película es el reparto pues llenan la pantalla con sus actuaciones, sobre todo, Julián López, en el papel de tonto del pueblo. Simplemente genial.

También destacable son las localizaciones utilizadas para la ambientación.