Todo empezó cuando el joven Hotz afirmó haber accedido a los archivos internos de la consola de Sony, el primer paso para conseguir cargar homebrew y juegos copiados en PS3. Tras ello Sony tomó una decisión que acabó por incitar el interés del hacker en seguir su proyecto, actualizar el sistema imposibilitando el acceso a Linux que venía de serie con la consola.
Pese a ello su trabajo no le ha llevado a buen puerto y, afortunadamente, la seguridad de PS3 permanece imbatible en esta difícil pelea. Así se despedía George Hotz del proyecto:
“Ha sido un viaje fantástico y he aprendido muchísimo. Tal vez uno de estos días ofrezca una despedida más formal.“
Desde aquí queremos aportar nuestras más sinceras felicitaciones a Sony por su espléndido trabajo con la seguridad interna de PS3. Siempre se les ha criticado el permanecer impasibles frente a la oleada de pirateos de PSX, PS2 y PSP, pero con su tercera consola de sobremesa han demostrado que han aprendido de sus errores.
FUENTE: VidaExtra
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