Sin embargo he de decir que he sentido mucha nostalgia del mundo Hogwarts y del toque infantil de las primeras entregas. De esa magia entrañable ya no hay rastro. Casi la totalidad de la cinta enfocada en la lucha encarnizada de Voldemort para acabar con su odiado Potter.

Nueva y estupenda escenografía lejos ya del mágico colegio: fríos parajes de Inglaterra, Londres, la mansión Malfoy y la casa de los Lovegood. Como siempre la labor de producción excelente en su atención a los detalles. Muy buena fotografía en esta oscura entrega y formidables efectos especiales. La banda sonora no me parece que aporta demasiado a las escenas.

Así como en otras entregas hay muchas más subtramas, además de la trama principal, que es la que le da el nombre al título, en este caso las relaciones o situaciones con personajes secundarios no tienen tanto protagonismo. Con lo cual tenemos más acción y un hilo argumental menos interrumpido, centrado en la guerra entre el lado oscuro y el joven mago. Me gustaría resaltar la magnífica animación de un cuento que incluye una escena y los excelentes toques cómicos que nos regalan Ron y Hermione a lo largo de la cinta.

En cuanto a actuaciones del reparto destacaría los pequeños pero excelentes papeles de Alan Rickman, Helena Bonham Carter e Imelda Staunton. Si nos centramos en la terna de personajes principales lo hacen los tres estupendamente, pero sobresale por encima de todos Ruper Grint. Es el que más me ha gustado en esta entrega, y también la buena evolución y naturalidad de Emma Watson respecto a las primeras películas.