Como Isabel, muchos niños y niñas españoles, pidieron en 1997 un tamagotchi, bien en su carta a los Reyes Magos de Oriente o bien como regalo al tomar la primera comunión. De pequeñas dimensiones y con forma de huevo, esta mascota virtual importada de Japón y comercializada por Bandai se ganó el cariño de los niños mayores de 6 años y se convirtió a finales de la década de los 90 en el juguete más solicitado de las jugueterías de toda España. Cerca de 30.000 unidades se vendieron durante los cinco primeros días de venta.
«Le cogí mucho cariño porque tenía juegos y lo cuidaba para que no le pasara nada», declara Isabel Ribes. «Incluso me lo llevaba al colegio en el bolsillo o colgado en el cuello y en el patio nos los intercambiábamos entre los amigos de clase. Era la moda».
Unos dos años duró el furor por este 'adorable huevo' - traducción literal de tamagotchi- que costaba alrededor de 2.000 de las antiguas pesetas - 12 euros - y al que le salieron numerosos imitadores. Un juguete unisex que evolucionó con los años de una pantalla en blanco y negro a otras con más colores y más nitidez, según ha explicado el responsable del departamento de Comunicación de la cadena juguetera Diverdrack, Rafael Medina.
Otra joven valenciana que disfrutó con este juguete virtual fue Neus Hernández. «Mi hermana me lo regaló por Navidad y lo cuidaba mucho», recuerda. «Cuando pitaba, le daba de comer, lo bañaba, lo curaba o lo acostaba. Era como un ser vivo al que tenías que atender a todas horas».
Unas tareas diarias que esta joven considera que, por una parte, «fomentaban la responsabilidad» pero por otra, «eran una atadura importante que terminaba cansando», y, al final, en su caso, decidió quitarle la pila y guardarlo en un cajón, según recuerda.
Una opinión similar tienen algunas madres de estos pequeños que veían cómo sus hijos estaban pendientes las 24 horas de las necesidades de esta mascota. «Considero que el juego llegó a convertirse en una carga para mi hija aunque le ayudó a hacerse responsable», apunta Isabel Navalón.
En la actualidad, el tamagotchi oficial de Bandai no se comercializa en Europa desde que la juguetera lanzó la última versión de la mascota en 2009. En cambio, las imitaciones aún se pueden encontrar en los bazares regentados por chinos y en los puestos ambulantes de venta de juguetes y de tiro de las ferias.
Marcos tiene una parada ambulante de juguetes. Recorre España de feria en feria y, entre la gama de juguetes que tiene expuestos, están los tamagotchis de imitación a cinco euros. Según explica, es un producto que mantiene porque algunos padres preguntan por la mascota pero su venta es «residual».
Algo más baratos son los 'adorables huevos' de los bazares chinos. Cerca de tres euros es el precio en el establecimiento 'Euro Xàtiva', donde fuentes del mismo indica que tienen «unos pocos y apenas se venden».
La valenciana Ana María Moreno de 21 años, conserva uno que consiguió recientemente en un puesto de tiro de la Feria de Xàtiva. «Mi amigo Emilio me lo consiguió al segundo tiro», subraya. «Tiene forma de dinosaurio, es de color rojo y canta, juega al béisbol y a piedra papel o tijera».
A pesar de la situación de olvido en la que se encuentra el tamagotchi en la actualidad, el director comercial de Toys 'R' Us Iberia, Lorenzo de Benito, manifiesta que es «muy probable que asistamos en en breve a un relanzamiento de este producto aunque con variaciones respecto al que los jóvenes conocieron hace más de dos décadas».
Por otra parte, fuentes de El Corte Inglés han subrayado que pese a la gran demanda actual de juguetes electrónicos, se observa en los niños una tendencia hacia los derivados de licencias de películas de Disney o cantantes de moda y hacia los juguetes más tradicionales.
FUENTE: Las Provincias
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