Hoy en mi crítica semanal, me voy a poner, con muchísimo respeto, a analizar un disco diferente a los anteriores. Por varias características. La primera de ellas es que es un directo, la segunda de que este disco va a cumplir una década en muy poco tiempo, y por tercer lugar, porque trata del genio Antonio Vega. Este polifacético artista que dedicó gran parte de su carrera al grupo Nacha Pop ha pasado a la historia de la música española por sus grandes canciones y composiciones, y este disco es una pequeña muestra de todo lo que nos regaló este músico madrileño. Grabado en 2002 en un concierto en el Círculo de Bellas Artes de Madrid hace una reinterpretación de los grandes clásicos de su carrera.
Pese a que Antonio Vega cultivo su faceta más relajada una vez en solitario, en sus actuaciones en directo no abandonaba su base eléctrica y rockera en cada una de sus canciones. Poco a poco no dudó en dejar a un lado su faceta más popera y ampliar su rango en la canción de autor. En ocasiones la sensación que he tenido al escucharle, es que quizás todo esto quedaría mucho mejor en un entorno intimista, la voz, y las palabras, al más puro estilo de Leonard Cohen, pero cantando, no recitando. Pese a esto no podemos evitar que sus palabras se asimilen a una poesía ante la cual tenemos el reto de enfrentarnos, descifrar la clave, y dejarnos llevar en la liturgia que nos trasmitía el artista.
Y con valentía y fuerza se abre este disco, con Lucha de Gigantes, la cuál tengo que reconocer, está entre mi top 5 de la música en español. Desde la guitarra acústica abriendo camino a los demás instrumentos y la voz dulce pero pasional de Antonio Vega. Son tanto los temas que se tratan en esta canción “me da miedo la enormidad / donde nadie oye mi voz”. Una declaración fastuosa y un epitafio de su vida. Una declaración de su vida, de su soledad rodeado de tanta gente, de su relación con las drogas, y de un acto de misericordia propia… Las fuerzas motrices de los seres humanos que le lleva de un lugar a otro en su vida. Los pilares que al final hacen decantar una balanza a uno, u otro lado. “Deja que pasemos sin miedo”.
El disco continua con A Medio Camino un tema que tiene retazos de la música country y blues que se deja notar en el slide de las cuerdas, pero que pronto nos devuelve al pop español, pero revisitado por los toques de jazz que acompañarán todo el disco. “Mi vida es esa canción / amiga de la luna / escrita en el corazón / para ahuyentar la noche oscura”. Clásico alegato rebelde e independiente de rockero solitario solventado con gran estilo. Con Atrás nos presenta una clásica canción pop con un fondo de canción de amor, y con ella llegamos a otros de los clásicos del artista El Sitio de Mi Recreo. No se necesita más que un bajo, un piano y una guitarra para hacer una canción que llegue dentro ”poco o nada cuesta ser uno más”. El equilibrio sin encontrarlo en el lugar donde se siente más a gusto. Ese lugar es esa persona que nos acompañará en varios momentos en nuestra vida. Puede que no sea coherente, pero si no, no sería nuestro sitio, sino un dato en un libro. En Se Dejaba Llevar el artista sin abandonar la tranquilidad de sus composiciones para transformar sus pensamientos en agresividad ante la indiferencia de otra persona. Como cuando nos gusta una mujer, pero sabemos que no la podemos tener, y aunque nos duela, intentamos que nos le vaya bien con quien quiera que acabe. No queremos que sufra, pero sufrimos sin que esté con nosotros. La Última Montaña es un ejemplo de rock clásico transformado a acústico con maestría. El camino de la vida y que no acaba, la sensación de avanzar, pero quedarse corto.
Sin descanso pasamos a Háblame a los Ojos, en la cual el clásico papel del cantautor
da un reverso a una imagen contraria a la que se suele ver. Es una canción de adiós con música optimista, y una letra con valor, que trata de una tercera persona en una relación. Seda y Hierro describe a la musa de Vega con el mismo pensamiento antes referido. A la arbitrariedad de una persona, a los contrastes que la hacen especial. A trabajos forzados se puede ver como una canción, tanto a una persona, como a la droga. En ambos casos reconocería su atracción hacia esa persona o sustancia, y a la vez, reconoce su culpabilidad en el caso de amarlas. Pero no se arrepiente. Pese a esto, decir que a estas alturas, el autor ya había abandonado el consumo de las sustancias, pero la letra fue escrita anteriormente… Una décima de segundo es una de las canciones más emocionantes del artista “Busca un libro que diga / Cómo luego otro que se titula "Así"/ sigue un tercero llamado "Nada" / es la fórmula de un círculo sin fin.” Utilizando metáforas contradictorias y científicas y acompañado del piano para otorgar fuerza a los momentos claves realiza otro alegato al querer.
En Estaciones trata otro tema clásico de los rockeros / cantautores. El haber viajado, el haber conocido mil lugares, y la experiencia adquirida. Pero se expresa no desde un punto de vista urbano y sucio, sino desde un punto de vista que nos recuerda la poesía romántica de autores como Rosalía de Castro o Bécquer. Despierta gran optimismo; no está cansado pese que ha pasado mucho tiempo fuera. Con Esperando Nada nos devuelve al pop más clásico marcada por la línea de bajo que en algunos casos nos recuerda a Voy Cruzando el rio durante las estrofas, pero que rompe con un estribillo que con el ya archiconocido coro femenino se da fuerza a una sensación de volver a revivir los grandes momentos.
Se finaliza el disco con una versión del clásico La Chica de Ayer, que pese a haber sido repetida hasta la infinidad, sigue manteniendo su estatus de grande clásico de la música española. Sobran las acotaciones, todos conocemos esta canción, tan solo remarcar el karaoke del público ante esta canción que dota si aún cabe de más emoción al asunto, así como las extendidas partes rítmicas y solistas del tema.
Un disco redondo, una revisitación a los grandes temas del artista tanto en su etapa con Nacha Pop como en solitario, una inyección de emoción y de sensaciones al hombre de a pié que ha sufrido por amor pero no ha sabido cómo expresarlo: Un Imprescindible en la historia del Pop español.
NOTA: 9
LO MEJOR: Las letras, la emoción, la reinterpretación de clásicos originales sin perder la integridad de los mismos.
LO PEOR: Por pedir, un setlist un poco más largo.
Y con valentía y fuerza se abre este disco, con Lucha de Gigantes, la cuál tengo que reconocer, está entre mi top 5 de la música en español. Desde la guitarra acústica abriendo camino a los demás instrumentos y la voz dulce pero pasional de Antonio Vega. Son tanto los temas que se tratan en esta canción “me da miedo la enormidad / donde nadie oye mi voz”. Una declaración fastuosa y un epitafio de su vida. Una declaración de su vida, de su soledad rodeado de tanta gente, de su relación con las drogas, y de un acto de misericordia propia… Las fuerzas motrices de los seres humanos que le lleva de un lugar a otro en su vida. Los pilares que al final hacen decantar una balanza a uno, u otro lado. “Deja que pasemos sin miedo”.
El disco continua con A Medio Camino un tema que tiene retazos de la música country y blues que se deja notar en el slide de las cuerdas, pero que pronto nos devuelve al pop español, pero revisitado por los toques de jazz que acompañarán todo el disco. “Mi vida es esa canción / amiga de la luna / escrita en el corazón / para ahuyentar la noche oscura”. Clásico alegato rebelde e independiente de rockero solitario solventado con gran estilo. Con Atrás nos presenta una clásica canción pop con un fondo de canción de amor, y con ella llegamos a otros de los clásicos del artista El Sitio de Mi Recreo. No se necesita más que un bajo, un piano y una guitarra para hacer una canción que llegue dentro ”poco o nada cuesta ser uno más”. El equilibrio sin encontrarlo en el lugar donde se siente más a gusto. Ese lugar es esa persona que nos acompañará en varios momentos en nuestra vida. Puede que no sea coherente, pero si no, no sería nuestro sitio, sino un dato en un libro. En Se Dejaba Llevar el artista sin abandonar la tranquilidad de sus composiciones para transformar sus pensamientos en agresividad ante la indiferencia de otra persona. Como cuando nos gusta una mujer, pero sabemos que no la podemos tener, y aunque nos duela, intentamos que nos le vaya bien con quien quiera que acabe. No queremos que sufra, pero sufrimos sin que esté con nosotros. La Última Montaña es un ejemplo de rock clásico transformado a acústico con maestría. El camino de la vida y que no acaba, la sensación de avanzar, pero quedarse corto.
Sin descanso pasamos a Háblame a los Ojos, en la cual el clásico papel del cantautor
da un reverso a una imagen contraria a la que se suele ver. Es una canción de adiós con música optimista, y una letra con valor, que trata de una tercera persona en una relación. Seda y Hierro describe a la musa de Vega con el mismo pensamiento antes referido. A la arbitrariedad de una persona, a los contrastes que la hacen especial. A trabajos forzados se puede ver como una canción, tanto a una persona, como a la droga. En ambos casos reconocería su atracción hacia esa persona o sustancia, y a la vez, reconoce su culpabilidad en el caso de amarlas. Pero no se arrepiente. Pese a esto, decir que a estas alturas, el autor ya había abandonado el consumo de las sustancias, pero la letra fue escrita anteriormente… Una décima de segundo es una de las canciones más emocionantes del artista “Busca un libro que diga / Cómo luego otro que se titula "Así"/ sigue un tercero llamado "Nada" / es la fórmula de un círculo sin fin.” Utilizando metáforas contradictorias y científicas y acompañado del piano para otorgar fuerza a los momentos claves realiza otro alegato al querer.
En Estaciones trata otro tema clásico de los rockeros / cantautores. El haber viajado, el haber conocido mil lugares, y la experiencia adquirida. Pero se expresa no desde un punto de vista urbano y sucio, sino desde un punto de vista que nos recuerda la poesía romántica de autores como Rosalía de Castro o Bécquer. Despierta gran optimismo; no está cansado pese que ha pasado mucho tiempo fuera. Con Esperando Nada nos devuelve al pop más clásico marcada por la línea de bajo que en algunos casos nos recuerda a Voy Cruzando el rio durante las estrofas, pero que rompe con un estribillo que con el ya archiconocido coro femenino se da fuerza a una sensación de volver a revivir los grandes momentos.
Se finaliza el disco con una versión del clásico La Chica de Ayer, que pese a haber sido repetida hasta la infinidad, sigue manteniendo su estatus de grande clásico de la música española. Sobran las acotaciones, todos conocemos esta canción, tan solo remarcar el karaoke del público ante esta canción que dota si aún cabe de más emoción al asunto, así como las extendidas partes rítmicas y solistas del tema.
Un disco redondo, una revisitación a los grandes temas del artista tanto en su etapa con Nacha Pop como en solitario, una inyección de emoción y de sensaciones al hombre de a pié que ha sufrido por amor pero no ha sabido cómo expresarlo: Un Imprescindible en la historia del Pop español.
NOTA: 9
LO MEJOR: Las letras, la emoción, la reinterpretación de clásicos originales sin perder la integridad de los mismos.
LO PEOR: Por pedir, un setlist un poco más largo.
Gracias, Sergio42
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