Todo empieza con una vendedora de nombre Erica que decidió vender un violín antiguo (que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial), valorado por un luthier (una persona dedicada a reparar instrumentos de cuerda) a un comprador canadiense por internet por un total de dos mil quinientos dólares. Parece ser el comprador canadiense pensó que el violín era una falsificación, artículos contra los cuales PayPal tiene una pequeña y problemática disposición en su reglamento para "protección del comprador" en la que, en ciertos casos, pueden requerir que el comprador destruya el artículo, provea evidencia fotográfica de esto para poder devolverle el dinero.
Ahora el vendedor no tiene ni el violín ni los dos mil quinientos dólares que costaba.
FUENTE: regretsy
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