Lilli, de siete semanas de edad, es ahora una pequeña celebridad en su nativa Suiza después de que medios de prensa locales fueron salpicados con imágenes del mamífero retozando en un campo soleado.
El granjero Andreas Knutti, de Weissenburg, poblado ubicado 30 kilómetros (19 millas) al sur de Berna, capital del país, dijo que no pudo sacrificar él mismo al animal porque ella estaba "tan llena de vida".
Un arco en su columna vertebral significa que quizá nunca se convierta en una vaca lechera normal, afirmó Knutti al diario suizo Blick en su edición del jueves.
Sin embargo, el granjero agregó que si la becerra se mantiene sana se le permitirá unirse a las otras vacas cuando sean llevadas a sus pastizales alpinos este verano.
FUENTE: Centinela Time
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