James, que sufre de adicción al sexo, se acostó con más de 500 mujeres de su pueblo, y por eso se quedó sin opciones dentro de su localidad y se mudó.
“Cuando no quedaban más mujeres con las que no hubiera dormido en el pueblo, gasté una fortuna en taxis para salir a las afueras", le contó el tatuador al sitio web del diario inglés The Sun.
Su comportamiento lo llevó a la bancarrota y a la depresión, pero James pudo superar sus problemas. Ahora está instalado en Liverpool donde reinició su negocio, y mantiene una relación estable, sin tener que gastar fortunas ni esconderse de sus vecinas.
FUENTE: Contexto
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