Esas ideas laten despiadadamente detrás de los relatos diarios de los medios de comunicación. El nuevo mundo ha desterrado a Zeus, Poseidón, Artemisa y toda su familia (…son griegos) y ha nombrado dioses del Olimpo a la prima de riesgo, el paro, el rescate y la intervención. Pero el cielo también se está desplomando. Los ciudadanos ya no buscan ahí sus referentes y muchos reclaman que otras historias dominen la Tierra.
Esos mensajes dan la vuelta al asunto. De la oscuridad van a la luz. De la desilusión, a la esperanza.
Esto es lo pretenden hacer las #actitudshirts, unas camisetas con una misión: “animarte y animar a cambiar las cosas”. “Es un tema de actitud”, explica el responsable del proyecto, Stephan Fuetterer. “Ante las mismas circunstancias hay gente que se va arriba y gente que se va abajo. Yo tenía un profesor de teatro que decía que siempre pasa lo mejor que puede pasar. Tienes que ver las cartas que tienes y jugar”.
La idea llegó en un momento de reflexión sobre la letanía incesante de la palabra ‘crisis’. “Lo de antes sí que era crisis. Me pregunté qué hacía mi padre cuando tenía mi edad: 40 años. Era la época de la postguerra y no tenían nada. Arreglaron un autobús que estaba hecho una chatarra y empezaron a recorrer el país. Hacían obras de teatro a cambio de comida. Eso es una actitud positiva”.
La reflexión se juntó con una debilidad: las camisetas. “Yo soy bastante camisetero. Pensé que lo mejor era hacer camisetas con la misión de difundir un mensaje. Vas en el metro, alguien ve tu camiseta y le cambia el chip. A mí me han ido cambiando mi forma de pensar los libros que leía y las cosas que veía”, explica.
Podrían definirse, entonces, según el alemán, como “las camisetas del empujoncito”. “Los mensajes positivos ponen en marcha acciones. Los mensajes negativos deprimen. Llevando una camiseta todo el mundo tiene la posibilidad de difundir el mensaje”.
El proyecto no tiene fin económico. Su precio, que ronda los 15 euros, no deja ningún margen al autor. Lo único que se plantea ahora es destinar un euro del precio a una causa social.
El diseño de las camisetas y toda la logística han sido un trabajo conjunto con el equipo de la agencia de la que es dueño, Best Relations. “Ha sido un proyecto de colaboración en el que todos han participado”, enfatiza. Por eso, aunque dice que su intención no es hacer marketing, en las camisetas aparece el mismo cerebro que identifica a la agencia de comunicación.
FUENTE: Yorokobu
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