La propuesta llega del alcalde de Triberg, una ciudad de la Selva Negra de Alemania. El regidor Gallus Strobel, que se declara defensor de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres también cree en la discriminación positiva, al menos en los asuntos del aparcar: el aparcamiento del concejo ha sido dividido en plazas para hombres y mujeres, cada categoría marcada por su respectivo icono.
Las 12 plazas reservadas a las mujeres son más anchas y están cerca de la salida, en tanto los espacios para los hombres son más estrechos, están flanqueadas por columnas y, por tanto, requieren de complejas maniobras para evitar los obstáculos arquitectónicos. Según declara el alcalde en un diario local, estas plazas “suponen un reto para cualquier conductor ambicioso… y los hombres son más proclives, en general, de afrontar estos desafíos”.
Lo cual no quiere decir, matiza el preboste, que no haya buenas conductoras femeninas: “¡Por supuesto que hay mujeres que conducen muy bien!”, afirma. Consciente de que su idea de crear aparcamientos para hombres y mujeres supondría un reto para la corrección política, Strobel reconoce que la medida, por más que sea sexista, está dando publicidad a Triberg, hasta que varios conductores –de ambos sexos- amenazan con conducir hasta la localidad sólo para poner a prueba sus habilidades “aparcamentísticas”.
No es la primera vez que se pone en marcha una medida de esta jaez. Un centro comercial chino hizo lo propio en 2009: plazas de aparcamiento más anchas y facilonas, reservadas para las mujeres. Para más inri, las plazas femeninas del mall Wanxiang-Tiancheng están pintadas de rosa.
FUENTE: República Insólita
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