
¿De qué manera? Simple: debajo de la grande de muzzarella, adentro de la caja, incluyen una foto porno, que el cliente va descubriendo a medida que come las porciones, publicó acceso365.com.
"Van desde imágenes con un cierto contenido artístico, como las de la revista Playboy, hasta fotos mucho más hardcore", explica Corey Wildeman, propietario del local de Winnipeg. Además, aclara que, para contratar el servicio, hay que ser mayor de 18 años.
El dueño y creador de la picante propuesta se inspiró en las películas pornográficas protagonizadas por repartidores de pizza, que acuden a la casa de mujeres solas.
"No se corre el riesgo de perder dinero apelando a un pequeño denominador común. Todo el mundo lo sabe: el sexo vende", dice Wildeman, que quiere abrir franquicias fuera de Canadá.
Lógicamente, la iniciativa no gusta en algunos sectores, sobre todo entre los grupos de defensa de los niños, que temen que las delicias gastronómicas “con sorpresa” lleguen a manos de menores.
Sin embargo, y para sorpresa de muchos, el 75% los clientes de “Porno Pizza” no son adolescentes cachondos, sino mujeres.
FUENTE: Crónica
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