Con un argumento bastante simplón, la cinta es muy previsible y no hay que ser muy listo/a para saber como va a acabar todo. Los chistes, casi todos se ven en los tráilers y anuncios, encima están más que vistos y son muy del estilo "caca, culo, pedo, pis", así como la moraleja que intenta transmitir. Hay momentos que te saca una sonrisa pero no sé si es porque te dan pena o porque como ya estás viendo la película, hay que hacer un esfuerzo de que te guste o simplemente porque hace risa pero repito, no hay mucho más de lo que se puede ver en los adelantos. Lástima...

Sobre el reparto, pues bastante flojas las actuaciones. Sólo se puede salvar la actuación de Steve Buscemi, que no me lo esperaba y, aunque salga sólo unos minutos, se agradece. Lo peor, un Chris Rock bastante desaprovechado y no parece ni el mismo.

La dirección corre a cargo de Radu Mihaileanu que no se ha complicado a la hora de contar la historia de un guión simple pero muy original. Sus dos horas clavadas no se hacen para nada pesadas y quedan perfectamente estructuradas, la primera hora se desarrolla en Moscú y la segunda en París.

La fotografía muy a la francesa mezclando la escenografía oscura con algo de saturación de color, o almenos esa es mi impresión, los planos bien elegidos, sin complicarse, utilizando planos generales y planos medios para enfatizar a los personajes pero no demasiado.

Los actores hacen un papel decente pero no brillante, tal vez el hecho de que sea una comedia italo-francesa no nos hace tanta gracia en España. Es grato volver a ver a la protagonista de Malditos Bastardos, Mélanie Laurent, que aunque no lo hace mal no es como en la la cinta de Tarantino.

Lo mejor de la película sin lugar a dudas es la banda sonora, ojo, es música clásica y desgraciadamente no le gusta a todo el mundo. La parte del concierto es impresionante, realmente buena, no es comparable a otras películas que hagan referencia a la música clásica como Shine pero es más que aceptable.