La autopsia realizada por el equipo veterinario ha determinado que la gorila murió entre las 08.30 y 09.00 horas del sábado, a consecuencia de un aplastamiento que afectó a la cavidad torácica y que le produjo una parada cardiorespiratoria.
El animal tenía dos costillas rotas en la arcada costal izquierda y un fuerte hematoma que afectaba a vértebras cervicales y torácicas, así como a la zona superior izquierda de la cavidad torácica.
La gorila no se separó de su cría
Los cuidadores de gorilas se percataron de que algo ocurría al llamar a los gorilas del parque (tres hembras y un macho) para darles el desayuno. A las ocho de la mañana del sábado, como todos los días al llegar a la instalación, los cuidadores comprobaron cómo habían pasado la noche tanto la madre como la cría.
El bebé estaba agarrado al torso de su madre y ella estaba sentada encima de una de las plataformas donde suelen descansar.
Sin embargo, cuando después de preparar el desayuno, les llamaron para dárselo en el interior de los boxes, observaron que el bebé yacía encima de la plataforma sin moverse, mientras su madre lo miraba fijamente y lo zarandeaba "cariñosamente" esperando algún tipo de gesto.
Al intentar atraer a Chelewa (la madre) hacia la zona de boxes para comprobar lo que pasaba y una vez que la madre se acercó a ellos, llevando a su hija entre sus brazos, los cuidadores pudieron constatar que el bebé no se movía y no se agarraba al pelo de su madre.
Tuvieron que dormirla para quitarle el cuerpo
Ante la ausencia de movimiento de su hija, Chelewa no cesaba de ponerla en diferentes posturas, esperando una respuesta. Su instinto maternal le impedía abandonar a su bebé.
Ante la necesidad de hacer una valoración clínica de su estado, los cuidadores y el equipo veterinario se vieron obligados a tranquilizar a la madre con fármacos para poder arrebatarle a la cría y comprobar finalmente que estaba muerta. La pequeña gorila hembra era la primera que había nacido en la instalación cántabra.
Era hija de Chelewa, una joven gorila hembra de seis años y medio, que llegó a Cabárceno procedente del zoo de Basilea en marzo de 2010, cedida por el EPP (organismo que gestiona la especie en cautividad), y de Nicky, el "espalda plateada" de 26 años que estrenó el recinto de gorilas del Parque cántabro en abril de 2007.
Su pérdida, señala el Gobierno, se vive en el parque con "gran consternación", ya que el nacimiento de la gorila representaba para Cabárceno "un importante paso de consolidación" de la instalación cántabra como referente a nivel mundial en la reproducción y salvaguarda de esta especie en peligro de extinción.
El parque cántabro es, junto con los zoológicos de Madrid y Barcelona, uno de los tres únicos centros reproductores de gorilas en España y cuenta con el reconocimiento y aval de la Endangered Species Program (EPP), el organismo que gestiona la especie en cautividad.
FUENTE: RTVE
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