No todo van a ser recortes en países como Grecia o España. Los alemanes también saben muy bien dónde meter la tijera al gusto, como comprobó con sorpresa la semana pasada el ministro federal Horst Seehofer, cuando visitó la sede de la empresa bávara que fabrica los Playmobil en Zirndorf, como final de una gira política.
Allí le estaba esperando un regalo muy especial: una Angela Merkel en miniatura, una “mini-Merkel” que a la vista está que no se parece en nada a la canciller y donde se aprecia una evidente merma en su edad, además de una engañosa liposucción en los cuartos traseros; y sin contar con la adición de una sonrisa lozana de adolescente que no acaba de combinar con la chaquetilla de camarera de crucero con la que viene ataviada.
Está claro que una mini-Merkel quedaría mejor con las piernas chatas de los legos, pero lo cierto es que si la fijación con los problemas del euro debería ser un juego de niños para la canciller alemana, ahora ella se ha convertido en un modelo de juguete donde los demás podrán jugar con ella a su antojo. Y más de uno le va a meter en las mazmorras del Exin Castillo.
Y más cuando se puede ver inmediatamente que el genio que está detrás del diseño de este modelo ha debido nacer en la mismísima Baviera, siendo tan condescendiente con los rasgos físicos de Angela que hasta queda raro para un niño que no sabe nada de asuntos políticos.
La canciller formó parte durante unos minutos del equipo de Playmobil de la selección alemana que tenían allí expuesto, sirviendo de pájaro de mal agüero pues unos días después perdieron ante Italia en las semifinales.
Por lo menos Horst Seehofer (uno de los aliados políticos de la canciller) al abandonar la fábrica de Playmobil pudo hacer algo de chanza con el regalo ante los periodistas, al soltar “ahora sí creo que podéis decir que me he metido a Angela Merkel en el bolsillo”, mientras se guardaba la figurilla en su chaqueta.
FUENTE: República Insólita
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