Brannstrom tenía 29 años y padecía dificultades cardíacas, motivo por el cual había dejado de jugar hace algunos años. Sin embargo, volvió a ponerse las botas después que unos estudios determinaran que los problemas no eran de gravedad.
El jugador se desvaneció a pocos minutos del comienzo del partido, después de convertir y festejar un gol. Sufrió convulsiones y perdió la conciencia, por lo cual fue trasladado de urgencia a un hospital, donde murió minutos después.
"Es completamente incomprensible. Es tan trágico. Es el golpe más duro que he experimentado. El hecho de que volviera a jugar lo hace todavía más duro. Nosotros nunca le convencimos para que volviera, fue él quién quiso volver", indicó el vicepresidente del club, Christer Berglund.
FUENTE: Contexto
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